macizos

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jueves, 10 de mayo de 2012

Capitulo 25


Pablo está llorando en brazos de Mariano. Los dos hablan sobre la cama.
--¿¿qué es lo que le he hecho yo a la vida? ¿¿porqué me ha tenido que pasar esto a mí?
Pablo habla con amargura. Mariano sufre con él.
--amigo, no sé qué decirte.
Los dos están muy angustiados.
--Félix es tan dulce, tan…
Pablo se seca las lágrimas:
--tan buen hermano. Y Alberto se ha encargado de decirle a todos, a él que soy su novio.
Pablo se lleva los manos a la cabeza.
--¡¡tanto que rechacé a Alberto por ser hermano de Martín¡¡ ¡¡Félix, mi Félix, el hombre de mis sueños¡ ¡¡es también hermano de Martín¡
Pablo no deja de llorar y Mariano trata de calmar a su amigo:
--Pero Félix es diferente. Es un gran hombre. No se parece a ninguno de los dos hermanos.
Pablo está abatido. Siente que su vida no tiene sentido.
--Félix nunca permitirá que le haga daño a Alberto. Alberto siempre será un estorbo en nuestra relación. Que Alberto exista hace que nuestro amor sea imposible.

Mientras los dos chicos hablan, los equipos de urgencias se están haciendo cargo de los cuerpos de Alberto y de Félix. Los dos están sin conocimiento. Totalmente inmovilizados. Su estado es muy grave.

Pablo sigue hablando:
--Y Martín… ¡Me va a hacer la vida imposible, se va a reír de mi¡
Mariano acaricia mucho a su amigo para tratar de animarlo:
--Esa bestia no tiene nada que ver con esto.
--¡Claro que sí¡¡ ¡Es que aunque Félix quisiera luchar por nuestra relación ya no sólo sería el fantasma de Alberto sino el de Martín¡ ¿¿¿crees que Félix aceptará que me he acostado con sus dos hermanos?
Pablo está desesperado y Mariano no encuentra los palabras justas para animarlo.
--Todos tenemos un pasado. Te apuesto a que él se ha acostado con más de dos hombres.
--¡Pero no eran mis hermanos¡ ¿¿es que no entiendes que todo se acabó?¡ ¿¿no entiendes que tengo que olvidar a Félix para siempre??

Martín, por su parte, está desnudo en una cama con Juan Cruz los dos brindan con champan.
--Me muero al ver la cara de ese imbécil cuando se entere que su novio se ha acostado con sus dos hermanos.
Los dos beben, se besan. Se ríen.
--Yo siempre te dije que Pablo era una cualquiera. Tú no me hacías caso. Creías que era un
 santo.
--Sí, tienes razón. Yo fui el primero y desde entonces. ¡¡Como voló la muy puta¡
Martín siente verdadero orgullo de haber sido el primero en la vida de Pablo y por eso Juan Cruz lo detesta a Pablo.
--tampoco es la gran cosa. Pudo haber sido cualquiera --dice Juan Cruz.
--Claro que sí pero fui yo. Pablo no tenía pasado, no como tú que seguro que ni te acuerdas de los hombres con los que has estado antes que yo.
Martín bebe, mira divertido a Juan Cruz. No lo ha dicho para atacarlo sino como si fuera la cosa más natural del mundo.
--¡¡no seas grosero¡
Martín se lanza encima de Juan Cruz, lo empieza a tocar:
--venga, yo a Pablo lo quería como mi marido. A mí me da igual que tú seas virgen o no. Tú nunca serás mi marido. Tú eres mi eterno amante.
--¡¡pues Pablo te dejó y yo sigo contigo¡ --le reprocha Juan Cruz.
A Juan Cruz le molesta darse cuenta que Martín lo sigue prefiriendo a Pablo y eso hace que aumente su odio hacia ese hombre.
--Pero nunca podrá cambiar el que yo he sido el primer macho que ha conocido. El más importante, lo marqué tanto que la muy guarra ha tenido que buscar a mis dos hermanos.
Martín se ríe con orgullo. Muy molesto Juan Cruz dice:
--¡pues yo no creo que fuera virgen cuando estuvo contigo¡ ¡¡Esa putita seguro que te vio la cara¡ ¡¡Yo te aseguro que esa era tan  virgen como yo cuando estuvo contigo¡¡
Martín se pone como loco y agarra a Juan Cruz por el cuello:
--¡¡no te compares con Pablo. Tú eres una puta y él es diferente¡
Juan Cruz trata de soltarse pero sin suerte:
--me haces daño --se queja él ahogándose.
En seguida llaman a la puerta. Son las empleadas:
--¡señor Martín, señor Martín¡
Martín va a abrir totalmente desnudo.
--¿¡como vas a abrir así? -se queja Juan Cruz.
A Martín le gusta mucho mostrarse desnudo ante las empleadas para escandalizarlas. La chica se servicio se ruboriza mucho:
--tápese no?. --dice con timidez.
--Eres tú la que has tocado a mi puerta --dice Martín burlón.
 La chica de servicio agacha la cabeza con pena y dice:
--es que paso algo con sus hermanos. Algo muy grave.
Martín no deja de sonreír:
--Ya todos se enteraron de lo de Pablo ¿no?
La chica de servicio la mira confundida:
--¿Pablo? No. Yo me refiero al accidente. Ellos están…
La chica se para. Al oír la palabra accidente Martín se desespera. Agarra a la chica con desesperación:
--¡¡¡¡que le pasó a Alberto, que le pasó a mi hermano¡¡


Pablo está tomando un te de tilo que le sirve Mariano.
--¿porqué no lo llamas?
--No. no que venga él.
Llaman al timbre. Pablo se emociona.
--Es el. Es él¡
Va a abrir muy emocionado. Es Mariana. Llora.

Enrique está encerrado en el despacho del doctor.
--¿como están mis hijos? ¡¡quiero la verdad¡¡
El doctor comienza por Félix:
--su estado es crítico. Aún no recobra el conocimiento.
--¡¡no quiero perder a ninguno de mis hijos. A Félix aún no lo recuperé y no estoy dispuesto a perderlo¡
Detrás de su padre está Martín. Da un golpe a la mesa.
--¡¡Mi hermano. Como está mi hermano.¡
--Si, de eso estamos hablando. De sus hermanos. Tienen que ser fuertes. Le haremos valoraciones de los dos --dice el doctor.
Martín lo agarra del cuello al doctor:
--¡¡A mí el único que me importa es Alberto¡ ¿¿cómo está él?
El doctor se queda callado y todos temen lo peor. Martín es muy violento:
--¡¡si a mi hermano le ha pasado algo usted me las paga¡¡
El doctor mira a Martín con miedo. Enrique se levanta para calmar a Martín pero el chico lo rechaza:
--¡¡todo esto es culpa de tu bastardo¡ ¡¡ojalá se muera.¡
Enrique bofetea a Martín:
--¡¡mi hijo Félix es tan hijo mío como tú¡
Martín mira con rabia a Enrique:
--¡¡si Alberto está muerto tu bastardo lo va pagar¡¡
Enrique y el doctor tratan de calmarlo. Tanto Martín como Enrique miran al doctor sin atreverse a preguntarle si en verdad Alberto está muerto.

Pablo y Mariana sienten que se les va la vida. Los dos van hacia la clínica en el auto de Mariana. Maneja ella. No tiene mucha práctica y va como una loca. Sólo piensa en que la vida de su amado está en peligro y no le importa nada. Mariano está detrás aterrado.
--¡¡no vayas tan rápido. Nos vamos a matar¡
Pero Mariana no le hace caso. Mariana no controla bien el auto que se mueve de un lado a otro como los de una feria. Mariano está aterrado. Se agarra fuerte. Pablo no dice nada. No deja de llorar con angustia. Está desesperado. Piensa en lo que está viviendo como una pesadilla.

El doctor se levanta. Se acerca a Martín. Le pone la mano en los hombros:
--tu hermano está grave pero no va a morir por el accidente.
Martín se siente esperanzado:
--¿está bien? Mi hermano está bien.
Enrique mira al doctor:
--que quiso decir?
--Alberto saldrá del accidente pero le hemos encontrado un tumor en el cerebro. No se puede hacer nada por él. Aún le tenemos que hacer más pruebas para saber el tiempo que le pueda quedar pero no mucho.
Enrique quiere el apoyo de Martín pero éste tumba al doctor de un puñetazo:
--¡¡mi hermano no va a morir¡
Y se va desesperado. Enrique quiere ir tras él pero tiene el corazón dividido.
--¿Y Félix?
--Está muy delicado --dice el doctor-- los próximas horas son decisivas. Hay que esperar a que recobre el conocimiento y ver si le queda alguna secuela.


Martín logra que le dejen ver a Félix. Está como dormido. Conectado a muchas máquinas. Martín lo mira con odio.
--¡¡muere maldito ¡¡muere¡
En ese momento Félix abre los ojos. Mira a Martín con pena.
--Alberto, Alberto...
Martín se pone muy violento:
--¡¡se va a morir. Es por tu culpa. Es por tu culpa¡
Empieza a zarandearlo:
--¡¡muérete. muérete¡
Félix llora. Está muy débil.
--Fue él. Alberto me quitó el control del auto. Estaba furioso por lo de Pablo.
Martín siente deseos de golpearlo:
--¡¡mentira, mentira.¡ ¡¡Pablo es una puta. Mi hermano no se mataría, no se convertiría en un asesino por él¡
Félix está desesperado. Le angustia sentirse culpable de la locura de su hermano que ha intentado matarlo. Martín desea herir a Félix:
--¡Pablo sólo sirve para que los hombres nos divirtamos con él¡ ¡¡supongo que te habrás divertido mucho¡ ¡Él se me regaló la primera vez que lo vi¡ ¡¡Nunca vi una perra en celo peor que él¡
Félix llora con mucha angustia.

Enrique se acerca a ver a Alberto. Un juez sale del box en el que está.
--¿¿qué le pasó a mi hijo?
--Requirió mis servicios. Se quiere casar en artículo mortis con un tal Pablo. Supongo que lo conoce ¿puede ubicarlo?
Pablo en ese momento llega con Mariana.
--Pablo... --dice Enrique ansioso.
Pablo y Mariana están muy angustiados:
--¿¿qué pasa? –Pablo.
El juez se dirige a él:
--precisamente su novio quiere casarse con usted en artículo mortis.
Pablo no se lo piensa:
--Si claro.
Pablo pasa con el juez. Mariana detrás de él. Está todo bastante oscuro. El juez se acerca a Alberto.
--aquí está su novio. Cuando quiera podemos comenzar con la ceremonia.
Alberto habla muy débilmente:
--mi amor. Yo sabía, que felicidad¡
Es entonces cuando Pablo se da cuenta que es Alberto y no Félix el que se quiere casar con él. Sus ojos se llenan de lágrimas. El juez se dispone a comenzar con la ceremonia. Alberto le pide a Pablo que le agarre la mano. Mariana no entiende nada. Pablo está desilusionado ya que pese a que eso significaba que estaba grave le hubiera gustado que hubiese sido Félix quien se quisiera casar con él. Martín se acerca al box de Alberto para ser testigo de la boda. Una enfermera se acerca a Félix.
--¿como está mi hermanjho? se va a morir? --pregunta con debilidad.
--sí pidió casarse antes. La boda acaba de comenzar.
Félix siente que se le va la vida:
--¿Pablo aceptó casarse con Alberto?
La enfermera hace que sí con la cabeza. Aunque se alegra por su hermano, a Félix le duele pensar que para Pablo sólo fue un pasatiempo.





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