macizos

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lunes, 30 de abril de 2012

Capitulo 17

Félix va hacia el auto de Pablo dónde han quedado. Éste está ya en el ascensor. Alberto contesta a su padre.
--necesito que vengas.
--si, en un rato.
--¡No, ahora¡
Enrique es brusco entonces Alberto sabe que no le puede decir que no.  Félix aún no ha llegado al auto de Pablo. Alberto lo saluda con la mano:
--¡nos vemos¡
Justo en el momento que Alberto se va en su auto y gira la esquina, Pablo baja y abraza muy cariñosamente a Félix. Se van los dos juntos.

Al rato,  Enrique y Alberto están juntos.
--¿como ves a tu hermano?
--Yo lo veo tranquilo, bien. Creo que te acabará aceptando. Has hecho bien en hacerme caso y no buscarlo pero ¿esa es la urgencia?
--¿le has hablado de irse a vivir con nosotros a la casa?
--No, no nos precipitemos.
--Es que ya están los papeles listos para que lleve mi apellido, debe firmarlos.
--Aún es muy pronto. Deja hacer las cosas a mi. Si Pablo me aceptara y se casara conmigo, en la boda tú y Félix se podrían reconciliar.
--Yo lo que espero es que  te olvides del novio de tu hermano.
--Pablo no es ya novio de Martín. Es mi novio.
Enrique se molesto con su hijo:
--¡jamás¡ ya te dije que yo que nunca aceptaré como novio de uno de mis hijos una putita que ya haya sido novio de otro de mis hijos¡ ¡¡Pablo es una locaza. Te quiero lejos de él¡
Alberto está acostumbrado a hacer siempre lo que le dice su padre pero en el caso de Pablo no.
--Papá, Pablo va a ser mi esposo. Eso no entra en discusión.
Alberto se va dejando a su padre furioso.
--¡¡no me dejes con la palabra en la boca¡¡¡
Alberto lo ignora y Enrique sigue diciendo:
--¡¡Un hombre que ya ha estado con uno de los hermanos no puede tener nada serio con otro¡ ¡¡te lo prohíbo¡
Alberto no contesta a su padre pero tiene claro que nada ni nadie lo separará de Pablo. Ni siquiera el mismo Pablo.

Alberto va a buscar a su amado. Éste está feliz en brazos de Félix. Pablo y Félix se acarician, se miran con amor aunque aún tienen reservas. Ninguno de los dos da el paso para aclarar las cosas.  Hablan durante largo rato, Alberto se va acercando. Félix acompaña a Pablo hasta la puerta de su edificio:
--Nos vemos al rato.
--si claro.





Félix lo besa en la frente. Félix se va hacia su edificio, Pablo lo mira deslumbrado. Es tan guapo. Le encanta verlo mientras camina. Le fascina su trasero. Félix se gira, le guiña el ojo. Lo mira excitado. En el momento en el que Félix ya entra en edificio es cuando aparece el auto de Alberto. Ninguno de los dos hermanos se ve. Pablo está tan fascinado que no se da cuenta de la presencia del hermano de su ex. Iba a cerrar la puerta y Alberto pone el pie.
--Hola, mi amor.
Pablo iba a huir pero él le agarra del brazo. Pablo le da un empujón y cierra la puerta. Se mete en su casa. Alberto se va lloroso. Pablo entra en su departamento lleno de rabia. Lleno de rencor Pablo dice:
--¡¡La sangre es la sangre y la sangre de Martín está podrida.¡ ¡¡Ningún miembro de esa familia se salvaría, tienen la maldad en la sangre, te acaban lastimando, hay que huir de ellos como de la peste¡¡
Pablo pasa horas hablando mal de Martin, Alberto. Odia a esa familia. Mira el reloj. Sabe que Félix lo está esperando y no quiere que él se dé cuenta que le pasa algo. Félix lo espera frente al auto de él. Su mirada, su sonrisa hacen que él olvide todo lo que le angustia. Lo abraza. Con amor aunque también con desesperación. Félix nota que se refugia en sus brazos. Lo mira con cariño, pese que es verlo y olvidarse de todo Félix sabe leer el alma de él. Le acaricia el cabello:
--Nunca me vas a contar que es lo que te ocurre? --le pregunta triste porque le duele que Pablo no confíe en él.
Pablo lo acaricia, Félix cierra los ojos.  Pablo vibra al acariciarlo y Félix siendo acariciado por él.
--no sabes lo importante que es para mí haberte conocido –Pablo.
Félix abre los ojos. Nunca lo vio tan sincero. Lo mira emocionado.
--¿hablas en serio?
Pablo le sonríe. Lo besa cerca del labio. Félix cierra de nuevo los ojos para disfrutar más de la compañía de ese hombre que lo tiene en el piso.
--¿a caso no lo sabes?
Félix abre los ojos, lo mira con cara de incredulidad.
--bueno yo… --balbucea Félix.
En esos momentos sobran las palabras. Pablo roza sus labios a los de él. Lo besa. Félix responde. Sus labios se unen en uno solo, con fuerza, pasión. Amor ardiente. Pablo se aparta algo temeroso. Félix lo mira feliz, sofocado. Nunca lo había besado de una manera tan ardiente. Ya no puede esperar más.
--Pablo, creo que tú y yo…
Pablo no quiere aclarar las cosas. No está seguro, no se quiere precipitar. Le gusta estar con él y quisiera que las cosas fueran siempre igual. Lo besa. No es un beso muy apasionado pero sí lo disfrutan ambos y mucho.
--deja que te conozca más. Dame tiempo.
Pablo tiene miedo a confesar que se está enamorando de él. Félix no tiene miedo pero no lo hace. Lo agarra por la cintura. Están tan cerca el uno del otro.  Félix nota su deseo pero lo obedece. No lo presiona. Félix  lo acaricia. A los dos les gusta tocarse y que el otro le toque.  Los enamorados se miran y suspiran. Se gustan mucho.

Por otro lado, en un sencillo apartamento, un hombre guapísimo está fornicando con una adolescente. Tocan a la puerta. Ninguno de los dos hace caso.
--¡¡Adrián. Soy yo¡ ¡¡abre¡
Es Juan Cruz. Los amantes se paran en seco. La chica le suplica a Adrián que no se pare. Los dos están muy excitados. Adrián sale a abrir todo desnudo.
--Ni modo. Es mi hermano. Él me mantiene así que no puedo no abrir.
Adrián le guiña el ojo a su amante:
--pero en seguida vuelva.
Adrián va a abrir a su hermano sofocado.
--¿¿qué te pasa?
--Tengo que hablar contigo.
Adrián la mira molesto:
--¿¿ahora?
--¡¡sí te espero en la cafetería de abajo¡
--No puedo. Espérate un rato.
--¡¡ tengo prisa. Ya cogerás con tu chica de turno más tarde. No me falles¡
Juan Cruz lo mira amenazante y él no se atrevería a dejarlo plantado por muy buena que esté la chica que tiene desnuda en su cama. Lo mira con miedo a que se vaya.
--ahora vuelvo. Espérame.
La chica está totalmente seducida y lo esperará siempre. Adrián se viste a toda prisa. Le hace gestos a su amante para que no se vaya, le repite que vuelve enseguida. Baja corriendo a la cafetería. Juan Cruz está fumando. Adrián le saca el cigarro y da unas cuentas caladas.
--¿cual es la urgencia?
Juan Cruz está muy ansioso. Se le ha ocurrido una nueva manera de molestar a Pablo y no quiere tardar en ponerla en práctica.
--te tengo un negocio que proponer.
--Si hay plata ya sabes que estoy dispuesto. --dice Adrián entre calada y calada-- ¿de qué se trata?
--Necesito que te conviertas en el amante de Pablo, el ex de Martín.. ¿lo recuerdas?
Adrián se atraganta con el humo. Se ha quedado como en shock. Se esperaba todo menos eso.
--¡¡estás loco¡

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