macizos

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jueves, 26 de abril de 2012

Capítulo 14

Mariano se da cuenta que Alberto de verdad lo está pasando mal. Le agarra del brazo, lo lleva al departamento:
--ven. Túmbate en el sofá.
Alberto se queda tumbado más tranquilo. Con los ojos cerrados.
--¿estás mejor?
--si, en seguida se me pasa.
--deberías hacértelo mirar.
--no hace falta. Se me pasa enseguida.
Mariano lo trata de una manera fraternal. Es un cariño que Alberto no ha sentido y le gusta. Su familia es más fría y le gusta que Mariano lo trate así.

Enrique se va molesto del hotel de Félix.
--¡¡espero que entres en razón y dejes de comportarte como un adolescente¡
Félix está muy alterado cuando lo va a buscar Pablo
--¿estás bien? --le pregunta.
--No, he tenido un mal encuentro con ese hombre.
--¿tu papá?
--¡él no tiene derecho a nada y se cree que puede venir a darme órdenes a comportarse como si siempre hubiera sido mi padre¡
--ya sabes lo que opino de eso. Haz que lo aceptas aunque sea sólo para que te deje en paz.
--Sí, tal vez tengas razón.
Félix se da cuenta que Pablo está angustiado:
--¿y a ti qué te pasa?
--No, nada.
--No me puedes mentir, yo te estoy empezando a conocer. Me duele mucho que no confíes en mí cuando yo si lo estoy haciendo.
Están en un semáforo. Pablo lo mira.
--todo está bien.
Félix lo acaricia dulcemente:
--eso no es cierto y me duele que no me tengas confianza.
Félix se queda un poco triste. Le duele que Pablo no le confíe sus problemas. Pablo se da cuenta y le sabe mal no contarle lo que le pasa pero ¿¿cómo decirle que le han propuesto matrimonio?
--Problemas con la familia de mi ex. ¡¡son una gentuza de lo peor¡ ¡¡no los soporto¡ ¡¡no soporto estar cerca de nadie que lleve esa maldita sangre¡
Félix le agarra la mano y le dice dulcemente:
--dime quien te molesto y le romperé la cara.
Pablo le sonríe. Le da un beso en la mejilla:
--no quiero que te metas.
--pero es que estoy metido porque todo lo que te pasa a ti me pasa a mi.
A Pablo le encanta la dulzura de Félix.
--cuando estoy contigo se me olvida todo. Me las sé arreglar. No te preocupes.
Félix le guiña el ojo. Sonríe.
--me preocupo porque me importas pero que bueno que te guste estar conmigo.
Se miran con intensidad. Se estremecen.


En la oficina está también juntos. Pablo le pone al corriente del manejo de la empresa. Félix desaparece un momento y llega con una sorpresa:
--¡¡nos vamos de pic-nic¡
Félix lleva la cestita. Se van a comer al parque en dónde lo llevó. Comen allá, le tiran comida a los patos. Luego vuelven a la empresa.

En la tarde Pablo ya ha hecho algunas citas para ver pisos. Se queda el que está más cerca del de Pablo.
--es el más pequeño y el más viejo --le dice Pablo.
--así estaremos juntos, además en el hotel todo el mundo me encuentra.

En la noche cenan juntos. Se despiden en el hotel. En recepción lo está esperando Enrique.
--usted otra vez?¡
--tu hermano te quería conocer.
Detrás de su padre está Alberto.
--gracias a ti dejé de ser el pequeño, que bueno. Bienvenido a la familia.
Alberto le extiende su mano. Félix se la encaja.
--Yo en realidad aún no…
Alberto no le deja seguir:
--sé que estás enfadado con papá pero eso no tiene nada que ver conmigo. Me gustaría conocerte. Porque no cenamos? Tú y yo solos como hermanos.
A Félix le da pena desilusionar a su hermano.
--yo ya cené pero podemos tomar algo, los dos solos.
Félix mira molesto a su padre. Enrique está feliz al ver que sus dos hijos se llevan bien. Está seguro que así le será más fácil llegar a Félix.

Alberto y Félix están juntos en el bar del hotel. Empiezan a conocerse como hermanos. Los dos empiezan a hablar del mismo hombre que les mueve el piso. Nunca mencionan su nombre. No imaginan que hablan de la misma persona.
--Mi novio está enfadado conmigo pero no sé porqué.
Félix lo mira muy sorprendido:
--Algo le harías.
--No sé pero como se acostó con mi hermano…
Félix se atraganta:
--¿¿tu novio se acostó con tu hermano?
--bueno en realidad era el novio de él pero no lo quería.
A Félix le cae bien Alberto. Le hace gracia y le parece curioso que sus dos hermanos sean también gays. Quien no le está cayendo nada bien es el supuesto novio de Alberto.
--Yo jamás podría estar con un hombre que se acuesta con dos hermanos. No sé, me parece inmoral. No es para regañarte. No te conozco pero ¿quitarle el novio a un hermano? es algo muy feo.
--pero yo lo amo. Martín nunca lo quiso como yo.
Los hermanos hablan como si se conocieran de toda la vida.
--Yo creo que siempre hay cosas que se pueden evitar.
--Martín no lo tomó en serio nunca y yo ya le pedí matrimonio. Estoy seguro que me va a decir que sí.
--bueno, espero que los cosas te vayan como tú esperas.
--¿y qué hay de ti? ¿dejaste algún novio en Argentina?
--No, aunque aquí conocí a alguien.
--Vaya, no pierdes el tiempo. ¿no es que acabas de llegar?
--sí, así es. El secretario de mi socio. Me estaba esperando en el aeropuerto y me fascinó. Es tan lindo.
--seguro que no tanto como el mío.
Félix sonríe con orgullo:
--te apuesto que sí.
--Algún día salimos los cuatro y comparamos.
--Me gustaría aunque no sé si él quiera. Aún nos estamos conociendo. Lo pasó mal con su ex novio y tiene miedo.
Félix y Alberto hablan durante largo rato. Salen juntos hacia el auto del segundo tomados por los hombros.
--ha sido un gusto conocerte, Alberto.
--espero que me llames pronto hermano. A mi me encanta tener un hermano pequeño.
Félix le sonríe:
--dame tiempo. Los cosas deben darse naturalmente.
--¿cual es el problema? deberías estar feliz de tener una familia. Un padre, hermanos. ¿porqué no lo aceptas?
--No es fácil para mí.
Alberto le sonríe con cariño:
--yo creo que debes olvidar el pasado, no quiero perderte como hermano.
--yo no tengo nada en tu contra pero es que tu papá...
--Nuestro padre --interrumpe Alberto.
A Félix no le gusta que lo digan así pero se lo calla.
--Es un bruto. Hizo los cosas mal y ahora no puede venir a reclamar ¡Hasta me pegó¡
Alberto le sonríe:
--Sí, es algo bruto aunque no es mala onda pero hazlo ni que sea para que seamos hermanos. Mi familia no me hace caso, a veces me siento solo, me gustaría tenerte de hermano.
Félix mira a Alberto con compasión, le duele darse cuenta que es alguien triste.
--Podemos ser amigos.
Alberto acaricia a su hermano fraternalmente:
--pase lo que pase espero que no nos perdamos como hermanos.
--Te lo juro.
Los dos guapísimos hermanos se tratan con mucho cariño. Se sonríen mucho.


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