macizos

macizos

martes, 10 de abril de 2012

capitulo 1




Un guapísimo rubio está trabajando en un despacho. Su secretaria le dice que tiene una visita.
--Es el señor Alberto.
El hombre pone mala cara.
--dígale que estoy reunido.
En seguida se oyen los gritos de la secretaria:
--¡¡no puede pasar¡
El hombre del despacho se resigna. Alberto siempre le hace lo mismo. Él entra con cara de bueno. Sabe que el otro está enojado.
--Alberto, no puedes entrar en mi despacho cada vez que se te pegue la gana
--Pero Pablo mi amor. Creo que si hablamos solucionaremos lo nuestro.
Alberto lo mira muy enamorado. Muy ilusionado. Pablo se levanta. Da un golpe en su escritorio. Alberto le pone muy nervioso aunque trata de no alzar mucho el tono de voz.
--llevo meses tratando de que entiendas que no hay ningún nosotros, que no somos nada.
Alberto sigue insistiendo:
--pero mi amor, no me puedes dejar después de...
Pablo no lo deja seguir, grita un poco.
--¡¡basta ya, cuantas veces te tengo que decir que no somos novios¡ ¡¡nunca hemos sido novios y nunca lo seremos¡
--Dejaste a mi hermano, por mí, hicimos el amor.
Pablo empuja a Alberto:
--¡¡si eso es lo que quieres creer yo ya no sé cómo hacerte entender como fueran los cosas¡ ¡¡largo¡
Alberto se va triste. Pablo cierra la puerta. Está muy alterado:
--¡¡estos hermanos me están volviendo loco. No quiero volver a saber nada de ninguno de ellos¡¡ ¡¡de ninguno¡ ¡este cuando va a entender cómo son los cosas? ¡¡en mala hora me metí en esa familia¡
Pablo tiene una gran herida dentro de él pero no quiere llorar:
--¡¡ya he llorado demasiado¡
Trata de volver a su trabajo pero ha quedado muy nervioso:
--¡¡maldito Alberto. Maldito¡
Pablo sabe que Alberto no es como su hermano Martín, que no lo quiere lastimar pero está muy herido:
--¡¡ni loco vuelvo a estar con otro hombre¡
Lleva una historia de amor y desamor a cuestas que aún lo lastima.
--¡y menos con un hermano de Martín¡¡
Pablo le guarda un gran rencor a ese tal Martín:
--¡¡después de cómo jugó conmigo Martín, es lo que me faltaba cargar con su hermano¡¡


Alberto llega a casa muy triste. Un hombre de mediana edad se acerca a él. Lo trata con cariño:
--¿¿qué pasó hijo? ¿te arreglaste con tu novio?
--No papá. Pablo sigue enfadado conmigo.
Alberto está muy triste y su padre, Enrique, lo consuela.
--Ya hijo. Tampoco hay que irle tan detrás a nadie.
Alberto abraza a su padre:
--Yo estoy enamorado de Pablo. Es mi vida. Sin él no quiero vivir.
Enrique abraza a su hijo muy paternalmente.
--Si tú quieres a Pablo yo haré lo que sea pero ese chico será para ti. Nadie lastima a un hijo mío.
--Casarme con Pablo es mi sueño.
--pues yo haré que se te cumpla.
Alberto mira a su padre lloroso:
--ojalá pero no sé cómo le vayas a hacer. No me perdona. No sé qué le hice pero no me perdona.
Otro hombre joven, con barba de pocos días. Muy atractivo y de mirada pícara baja las escaleras:
--lo que pasa es que Pablo sigue enamorado de mi --dice con orgullo.
Su padre lo regaña:
--¡¡Martín, no le digas esas cosas a tu hermano¡
Martín sonríe. Baja las escaleras.
--no lo digo por mala onda.
Mira a su hermano, le pone la mano en los hombros:
--lo digo para que ya no pierdas tu tiempo por esa putita. Pablo volvería a mí si yo chasqueara los dedos¡¡
--¡¡eso no es verdad. Jamás volverá a ti y no lo llames putita¡¡ --Alberto
--¿y cómo se llama a un tipo que se acuesta con dos hermanos? Es una putita que no merece el respeto de nadie --dice Martín burlón.
--¡Lo hizo por amor. Pablo se enamoró de mí¡ ¡¡Por amor a mí se perdió. No le importó nada¡ ¡¡Luego se sintió culpable y por eso me rechaza pero me ama, me ama mucho¡
Alberto habla con tristeza. Está muy convencido de lo que dice, de que Pablo lo ama, que es su novio y acabarán casándose. Martín se ríe de su hermano:
--¡Este tío es increíble¡ ¿¿es que te crees tus propias mentiras? ¡¡Pablo me quiere a mí¡
Enrique trata de poner paz entre sus dos hijos pero no lo logra. Ambos siguen con su pleito particular por Pablo.
--eso no es cierto ¡¡te dejó a ti por mi¡
--¡¡lo dejé yo, fue contigo por despecho y porque estaba borracho¡ --Martín que se siente orgulloso de que pese a todo Pablo no se haya olvidado de él.
--¡¡no es verdad¡¡
--¡¡claro que sí¡¡
Y Enrique que no dejaba de gritar sin que le hicieran caso grita aún con más fuerza hasta que logra que sus hijos se callen:
--¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ya basta ningún hijo mío se va a pelear por un tipejo que no merece la pena ¡Madre mía¡ ¡¡Qué mis dos hijos sean gays vale pero ¿qué le vayan detrás del mismo imbécil?. Jamás. De ahora en adelante ese hombre está prohibido para mis hijos. ¿¿ENTENDIDO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡?????????????
--por mí. A mí no me interesa esa cualquiera, ya lo estrené que es lo único que quería de él. Seguí con él por pena pero me da igual lo que pase con él, que otro recoja mis sobras --se jacta Martín.
--¡¡No papá. Yo estoy enamorado de Pablo y no voy a parar hasta que sea mío¡¡
--es el primer hombre el que no se olvida. Siempre llevará una parte de mí dentro de él. Lo dejé marcado de por vida. Yo siempre dejo huella en los hombres. Después de mí ningún otro tiene nada que hacer y menos tú, hermanito --dice Martín con burla.
Alberto se enoja. Se va triste.
--No seas así con tu hermano --le regaña su padre.
--pero es de cariño. --dice Martín sonriendo-- tú sabes que quiero a mi hermano. Los dos somos un equipo. Me hace gracia hacerlo rabiar, Pablo nunca le dará bola.



Esa noche, Pablo está cenando en el departamento que comparte con su amigo Mariano. Mariano no es gay pero ambos se quieren como hermanos. Mariano sabe que Pablo no lo desea y que los diferentes tendencias sexuales de cada uno no son un problema.
--así que Alberto sigue molestando –Mariano.
--Yo no sé qué hacer para que me deje en paz.
--Lo peor es que le ha dicho a todo el mundo que son novios. Así ningún hombre se te acercará.
--¡¡La soltería es el mejor estado de un hombre¡ ¡¡No quiero saber nada de novios¡
--sin contar con la mala fama que se te está echando con eso de andar con los dos hermanos.
--Tú sabes que Martín fue el gran amor de mi vida.
--No sé como tardaste tanto tiempo en dejarlo, le aguantaste insultos, humillaciones públicas, que se paseara con ese cabrón.
--Juan Cruz --dice Pablo con rencor.
Pese a que quiere romper totalmente con la familia de Martín siente un gran odio hacia el que fue su mayor rival.
--¡algún día le podré cobrar lo que me hizo¡
--Es un cabrón, la vida se la tiene que cobrar. ¡Reírse en tu cara de esa manera, jactarse que Martín lo quiere a él. Aunque ya lo está pagando. Martín sólo lo usa y nadie lo tomará en serio.
--Solo una basura estaría con él.
--¿y qué pasa contigo, mi amigo?¿en serio piensas quedarte solo el resto de tu vida? A lo mejor Alberto no es tan mal solución.
--¿¿¡estás loco?¡
--Te quiere a la buena.
--¡¡es el hermano de Martín¡¡ ¡¡Yo jamás tendría nada con el hermano de Martín¡ ¡¡punto y final. No hay nada más que discutir¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario