macizos

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viernes, 11 de mayo de 2012

Capitulo 29 (y último)

































Alberto llega al apartamento de los chicos en el momento que Mariano está abriendo la puerta. Aún no se ha recuperado de su lesión pero se mueve bien. Todo es muy rápido, Alberto le da un empujón a Mariano y entra. Va hacia el dormitorio de Pablo. Félix y Pablo han hecho el amor. Se miran como en shock.
--¡¡Pablo¡¡ ¡¡Pablo¡
Ninguno de los dos puede reaccionar porque oyen los gritos de Alberto que como un loco va entrando al dormitorio. Mariano detrás.
--¡¡no puedes entrar. Pablo no está¡
Félix salta de la cama totalmente desnudo. Alberto entra en el momento que su hermano se está poniendo el boxers a toda prisa. Pablo desnudo en la cama. Félix no sabe qué decir. Mira a su hermano con dolor, con vergüenza. Pablo mira a Alberto desafiante. Ama a Félix y no lo quiere ocultar. No quiere ocultar lo feliz que ha sido en sus brazos. Alberto apunta con la pistola a los dos amantes. Pablo y Félix lo miran aterrados. Félix trata de acercarse a su hermano.
--¡¡si lo haces te mato¡ ¡¡debiste morir en el accidente¡
Félix mira con compasión a su hermano:
--¡somos hermanos. Nunca me harías daño¡
--¡¡ah no?¡¡ ¡sabes que te quise matar, que yo provoqué el accidente para matarte¡¡ ¡¡es lo que yo quería¡ ¡¡te quiero muerto y ahora es mi oportunidad.¡ --dice  Alberto con odio.
Félix mira a su hermano con dolor. Le duele su dolor, que quiera matarlo. Entonces se pone enfrente del arma y con mucha pena dice:
--matame si eso te hace feliz. No me opondré.
A Alberto le conmueve darse cuenta del amor que su hermano siente por él. Levanta el arma. Apunta al rostro de Félix que cierra los ojos. Mariano detrás de Alberto no sabe qué hacer. Pablo todo desnudo
--¡¡no lo hagas. Yo lo amo a él. Si lo matas yo te mato¡ --Pablo con odio hacia Alberto.
A Alberto le duele que Pablo ame a Félix como nunca lo amará a él. Empieza a apretar el gatillo. Félix ni respira. Pablo corre hacia ellos para impedir la desgracia y empuja a Félix en el momento que Alberto dispara y es él quien recibe el tiro en toda la frente. Cae en brazos de Félix ensangrentado. Sin conocimiento. Félix está horrorizado. Al igual que Mariano que se enfrenta a un conmocionado Alberto.
--¡¡lo mataste. Lo mataste¡
Félix está en shock. No puede creer que Pablo haya dado su vida por él. Mira a su amado llorando. Lo acaricia desesperado y no hace más que llorar:
--¿porqué?¿¿porqué? --le pregunta .
Pablo ya no puede responder. Tanto Félix como Mariano están tan desconcertados por lo ocurrido que no se dan cuenta de cómo Alberto se pone el arma en la sien y se dispara.

En el cementerio de la ciudad, Enrique está frente a un ataúd. Está destrozado. Martín del otro lado siente mucho dolor y mucha bronca. Juan Cruz está agarrado de su brazo. Después de ser sepultado  se van retirando. Martín se queda frente a la tumba. Se arrodilla. Agarra una flor:
--¡¡voy a vengar tu muerte. a mí no me importa lo que me digan ellos. Yo sé que te mataron y aunque Pablo haya sido el hombre que yo más he amado esto no se va a quedar así. Se merece lo que le ha pasado. Ni él ni Félix serán nunca felices. Yo me encargaré de eso.
Juan Cruz detrás de su amante se calla la culpa que siente ya que fue él quien empujó a Alberto a ir a buscar a Pablo.

Mariano llega al hospital. Félix está sentado en una butaca. Mariana a su lado. Los dos se levantan. Mariano y Mariana no se dicen nada pero con sus ojos se dicen todo. Se gustan pero saben que no es el momento. Félix se acerca a Mariano. Su rostro es el rostro del dolor.
--creí que irías al entierro de tu hermano.
--No podía ir --dice Félix con el rostro lleno de lágrimas-- me quiso matar.
--No esperaba que estuvieras aquí. Yo he ido a buscar unas cosas al departamento.
Mariano mira a Mariana y los dos tiemblan.
--es mejor que te lo lleves. No hace nada aquí.
Félix no sabe que decir y Mariano va hacia la UVI. Félix se acerca a él:
--por favor, deja que lo vea. Habla con sus padres. Ese hombre dio la vida por mi. Quiero estar a su lado.
Mariano mira a Félix con dolor. Con rencor:
--Pablo está así por tu culpa y la de tu hermano. No sé cómo estás aquí. Es mejor que te vayas y no vuelvas.
Félix siente una gran angustia. Quisiera estar al lado de Pablo.
--Pablo está así porque me ama. Me dio la prueba de amor más grande .
Félix siente un gran dolor en su alma por lo mal que trató a Pablo. Siente mucha culpa, está conmocionado por el hecho que pese a todo el odio que se demostraron Pablo haya querido dar su vida por él.
--Y yo también lo amo.
Félix tiene un nudo en la garganta. Le cuesta mucho no llorar. Mariana le pone los manos en los hombros muy triste. Mariano trata a Félix con mucha dureza:
--¡¡tu amor a Pablo ahora no le sirve de nada¡
--no digas eso --balbucea Félix muy triste-- si yo le hablo...
Mariano lo interrumpe y con odio le dice:
--¡¡Pablo está en coma. Hay pocas esperanzas de que viva.  Si sobrevive tendrá fuertes secuelas y tiene para mucho tiempo hospitalizado¡
A Félix le duele mucho tanto lo que ocurre como la manera en la que le habla Mariano. El hombre ya no espera más. Entra a ver a su amigo. Félix llora deshecho apoyado en Mariana que no puede evitar mirar a Mariano con deseo. Le gusta pero le duele que sea duro con su amigo.




Cae la noche. Pablo está conectado a máquinas luchando por su vida. No hay nadie con él. Entra un enfermero. Le va a poner una inyección. Es Martín. Félix pasa la noche allá. En el pasillo que hay justo antes de la UVI. No se quiere separar de su lado, quiere sentirlo cerca.   Félix se ha quedado un rato dormido.
--¡¡Pablo¡
Despierta con mucha angustia. Pese a que no se lo permiten Félix siente que tiene que estar con Pablo. Entra en la UVI a la fuerza mientras las enfermeras llaman a seguridad. Félix entra en el box de su amado justo en el momento en el que Martín va a inyectar a Pablo.  Martín se gira al escuchar que llega alguien. Los dos hermanos se miran con rencor. Martín se dispone a inyectar a Pablo. Félix lo agarra del brazo.
--¿¿que significa esto?¡¡
 Martín trata de pinchar a Félix pero los de seguridad lo retienen y se lo llevan. Martín grita maldiciendo a Félix. Éste se queda muy triste, mira a su amado con lágrimas en los ojos. En seguida lo echan pero logra acariciarle la mano tratando de traspasarle todas sus energías, parte de su vida si es preciso.

Para agradecer que le salvara la vida, Mariano ha logrado que los padres de Pablo dejen que Félix vea a Pablo. Félix en un momento que está a solo con su amado, viendo que los posibilidades que tiene de vivir son mínimas ha decidido acabar con su vida ante su amado. Pastillas somníferas y cerveza. Antes de tomar eso mira a Pablo. Lo besa en la frente.
--siempre te amaré.
Con un montón de pastillas en la mano Félix se dispone a tragárselas pero en ese momento Pablo abre los ojos. Lo mira. Lo mira con mucha angustia. Félix tira las pastillas al piso y abraza a Pablo llorando.
--Mi amor. Te amo. Te amo.
Pablo lo mira llorando trata de hablar pero no puede. Quiere tocarlo pero no puede mover la mano.


Martín está en la cárcel. Solo en una celda. Nadie ha ido a verlo. Se siente un fracasado. No puede suportar la idea que si Pablo se salva se quede con Félix. Sabe que su padre no le perdonará que quisiera matar a Félix. Golpea los barrotes.
--¡¡quiero salir, quiero salir¡
Llega un policía:
--¡¡cállate o no te dejo ver a la visita¡
Martín se sorprende al ver que es Juan Cruz.
--¿tú?
Juan Cruz lo abraza llorando. Él no responde. Finalmente se funde con él. Es el único que está con él en las buenas y en las malas.
--¿qué haces aquí? --le pregunta sorprendido.
--Nunca entendiste que te amo de verdad, que daría mi vida por ti. Si tú quieres yo me encargo de matar a Pablo y a Félix.
--¿harías eso por mi? --pregunta Martín sorprendido.
--Si, haré lo que tú digas.
Martín la abraza agradecido:
--quiero que te cases conmigo.
--¿qué?
Martín mira a Juan Cruz lloroso.
--Pasaré mucho tiempo aquí y si tú estás dispuesto a hacer lo que yo quiera eso es lo que quiero. Almenos los encuentros conyugales me harán la vida aquí más fácil pero para eso Félix tiene que estar muerto.
Pese a todo Juan Cruz se siente feliz porque al fin su sueño se logró.

Días después. Félix sabe que Pablo se está recuperando pero sigue en la UVI y de nuevo no lo dejan verlo. Félix se desespera. Busca el apoyo de Mariano.
--¡¡Mariano, no me pueden hacer esto¡ ¡¡Pablo me ama¡ ¡¡no me puede rechazar¡
--pero es que él no cree que lo ames.
Félix está desesperado:
--¡¡por eso quiero verlo y convencerlo que lo amo¡
--Pablo nunca será  él mismo --dice Mariano con angustia.
--¿se pondrá bien?
Eso es lo que más le preocupa a Félix.
--Nunca recuperará la movilidad de cuello para abajo. Pablo no quiere que estés a su lado sólo por pena.
Félix se lleva las manos a la cabeza:
--¡¡pero yo lo amo. Yo lo amo¡
--lo siento.
Mariano se va con Pablo dejando a Félix muy aturdido. Félix no se mueve de ahí. No hay otra salida. Verá a Pablo cuando lo saquen de la UVI. Aún tarda unos días. Pablo va en camilla. Con Mariano. Félix no puede acercarse a él.
--¡¡te amo, Pablo¡ ¡¡te amo¡ --grita él.
Félix está desesperado pero Pablo está convencido que Félix sólo lo quiere por pena. Le gira la cara. Los enfermeros, Mariano no dejan que se acerque a él. Félix sigue gritando:
--¡¡siempre te amaré, siempre estaré contigo¡
Pablo está quieto. Llora. Sólo quiere desaparecer.

Un día más tarde, un triste y decaído Félix va hacia el hospital con la esperanza que su amado le deje verlo. Cruza. No se da cuenta de que un auto, manejado por Juan Cruz, está al acecho. Cuando Félix está en medio de la carretera, Juan Cruz lanza su auto contra su esposo de una manera enloquecida pero un auto aparece por la calle que cruza aquella  y el choque de los dos autos es brutal. Félix, que ha quedado ajeno al accidente corre a ayudar a los accidentados. Se queda impresionado al darse cuenta que el primer auto estaba manejado por Juan Cruz que por el impacto se ha golpeado la cabeza contra el volante. Su muerte ha sido instantánea. Félix se ha convertido en viudo sin que el matrimonio se haya consumado.


3 meses después… Mariano y Mariana han hecho el amor. Los dos están muy contentos. A Mariano le sorprende darse cuenta que Mariana era virgen. Está algo confundido pero emocionado. Nunca le pasó algo así.
--siempre pensé que te estabas acercando a mi para que te dijera dónde está Pablo.
Mariana apoya su cabeza en el torso desnudo de su amante. Lo besa.
--eso es algo que me encantaría saber por Félix pero estoy a tu lado por amor.
Mariano le acaricia la cabeza dulcemente. Es un hombre feliz y le gustaría que su amigo, pese a sus circunstancias, también lo fuera pero no quiere faltar a la promesa que le dio. Igual se le ocurre algo.

Esa misma noche, Mariano y Mariana cenan en la terraza de un bar tranquilamente a la vista de Félix. Mariano espera que Félix, al verlo, se le enfrente.  Mariano hace que se sorprende al verlo.
--¿¡qué haces aquí?¡
Félix está desesperado. No se da cuenta que con su celular, Mariano marca a Pablo y que, con la complicidad de la enfermera y el altavoz, un inmóvil Pablo en su silla de ruedas está escuchando las palabras del gran amor de su vida.
--¡¡Amo a Pablo¡ ¡¡Él no me puede odiar tanto¡
--Pablo está pasando un infierno.
--¿y yo? ¿¡crees que es fácil lo que estoy viviendo?
Félix llora lleno de angustia:
--sólo el amor de Pablo me puede salvar.  Él dio su vida por mi, ¿porqué me rechaza?
Félix no se da cuenta pero Pablo está escuchando todo lloroso, emocionado.
--él cree que sólo quieres estar con él por compasión, porque te salvó la vida, porque te sientes culpable –Mariano.
Sin saber que Pablo lo está escuchando Félix le habla desde el corazón:
--¡¡claro que me siento culpable y me estoy muriendo pero porque lo amo¡¡mis dos hermanos me quisieron matar¡ ¡¡creo que es él el que me tiene que tener lástima. Ojala yo estuviera muerto¡¡ ¡Él me odia, me culpa de lo que ha pasado y tiene razón¡ ¡¡Yo debería estar en su lugar¡
El dolor de Félix conmueve tanto a Pablo como a Mariano.
--Félix, quiero verte.
Félix se rompe al escuchar la voz de su amado. No entiende nada. Mariano le muestra el celular y un desesperado Félix le dice:
--¡te amo, mi amor¡ ¿¿dónde estás?¡
Tanto Félix como Pablo están llorando. Mariano pone su mano en los hombros de Félix y le dice:
--yo te voy a llevar.

Pablo se ha refugiado en una casa de campo. Félix ve la silla a lo lejos y corre hacia él. Mariano y Mariana, tomados de la mano, han quedado atrás. Pablo y Félix se miran con ojos llorosos. Félix se funde en un abrazo con su inmóvil amado. Llora con desesperación:
--¡No vuelvas a separarte de mi lado¡ ¿no te das cuenta que sin ti no tengo vida? ¡quiero estar a tu lado todos los días de mi vida¡ ¡¡Yo te amo y ahora nada nos va a separar¡¿¿vas a ser tú quien me separe de tu lado?
Félix está de rodillas. Llora en el regazo de Pablo suplicándole que le deje estar a su lado. Para Pablo es muy angustioso querer acariciarlo y no poder moverse. Sí puede hablar.
--Daría mi vida por poder acariciarte una vez más.
Pablo habla con la voz rota, Félix no soporta ver a su amado condenado de esa manera. Le pone las manos en las mejillas. Está llorando pero trata de llenar a Pablo de vida, de esperanza. Él mismo se acaricia con la mano de Pablo
--¡Para eso estoy yo, puedes amarme, podemos estar juntos¡ ¡¡Yo estaré a tu lado¡ ¡¡Puedes amar, hacer el amor¡ ¡¡podemos ser felices¡
Félix hace que todo parezca que es fácil.
--Mi vida es dura, yo estoy condenado y no quiero que tú te condenes a mi lado.
Félix no está dispuesto a alejarse de Pablo.
--¡no te das cuenta que sin ti mi vida es una condena?¡ ¡nunca seré feliz si no estás a mi lado, sin ti sólo me espera desolación, tristeza¡ ¿eso es lo que quieres para mi?
Pablo siente que sería un egoísta si aceptara el amor de Félix pero Félix lo ama con intensidad. El dolor de Félix, sus esperanzas, su amor, sus caricias, sus besos le hacen imposible renunciar a él.
--Pero no quiero que estés a mi lado a la fuerza, si algún día deseas irte hazlo. No quiero que a mi lado estés atado, sólo así te acepto.
Félix está seguro que siempre va a querer estar al lado de Pablo.
--te lo juro.
Y los dos se besan. Son besos llenos de lágrimas, de tristeza por todo el dolor que los ha separado pero también de esperanza porque están juntos. Ni Pablo ni Félix se cansan de decirse lo mucho que se aman, se besan. Saben que no va a ser fácil pero Félix está totalmente seguro que si se aman van a poder vencer todos los obstáculos. Félix está arrodillado frente a Pablo llenándolo de besos para hacerle entender que desde ese momento son uno y para siempre.
Fin.





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