viernes, 11 de mayo de 2012

Capítulo 28




Martín, que estaba en la cafetería, llega al rato. Juan Cruz es el primero al que ve. Juan Cruz se le acerca ansioso.
--¡¡no sabes todo lo que ha pasado¡
Martín está muy molesto:
--que esto que te has casado con el imbécil de Félix?
--Lo he hecho por tu hermano para que se case con Pablo antes de morir pero yo te amo a ti y cuando quieras te lo demuestro.
Juan Cruz lo abraza seductor y Martín lo mira con cara de depravado. Le excita el hecho de ser el amante del marido de su hermano. Se besan sin preocuparse que puedan verlos. Mariano los ve.

Pablo ha huido de su esposo. No soporta estar con él. Se acerca a Mariano.
--amigo, me quiero ir ya.
Mariano lo abraza preocupado:
-- Te casaste con Alberto ¿Y si no muere? Yo no lo veo tan mal.
--Tienes razón. Me dejé llevar pero es que al que amo es a Félix y no puedo soportar que se haya casado con Juan Cruz.
Alberto con sus cables y todo se ha escapado de la habitación. Camina agarrándose a la pared. Quiere buscar a Pablo. Es toda una puñalada confirmar una vez más lo que no quiere aceptar. Los dos amigos no se dan cuenta de la presencia de Alberto. Siguen hablando.
--Supongo que el matrimonio se podrá anular.
--No sé que haga pero sí es cierto que detesto a Félix, a Alberto, a Martín. No quiero saber de ninguno de esos tres malditos hermanos. Ojala nunca los hubiera conocido.
Alberto escucha a Pablo con lágrimas en los ojos. Los dos amigos siguen hablando sin darse cuenta de la presencia de Alberto.
--Pero los has conocido. Amas a Félix y te has casado con Alberto. Yo no creo que se vaya a morir.
--Sí, se va a morir. Tiene un tumor en el cerebro. No le queda mucho tiempo de vida. Sé que es cruel pero es un consuelo. Me casé con él pero no viviré con Alberto. Él quería morirse siendo mi esposo. Seré su esposo pero sólo en los papeles.
Los dos se abrazan. No ven a Alberto con el rostro desencajado por el dolor y una enfermera regañándolo por haber salido del box y devolviéndolo a él.

Con mucha amargura Pablo dice a Mariano:
--me equivoqué cuando pensé que Félix es el hombre de mis sueños. Es una basura mucho peor que Martín que ya es decir.
--Félix es una víctima de Juan Cruz. Él es el amante de Martín –Mariano.
--Eso ya lo sé.
--Pero Félix no. Los vi besándose. Ellos siguen juntos.
Pablo se seca sus lágrimas. Sonríe vengativo.
--Félix no se merece menos.
Mariano acaricia a su amigo:
--No me gusta verte con tanto odio.
--ahora es lo único que siento.

Pablo va al box donde está Félix. Los dos se miran con emoción y dolor. Se tragan sus lágrimas. Los dos están sufriendo pero ninguno quiere que el otro se dé cuenta.
--porqué no estás con tu esposo? --le reclama Félix con dolor porque no le gusta verlo sabiendo que pertenece a su hermano.
--Me casé con tu hermano porque es su última voluntad. Nunca prometí nada más. No quiero volver a verlo.
--No le puedes hacer esto. Si alguna vez me quisiste te suplico que quieras a mi hermano --Félix triste.
Pablo lo mira con odio:
--¿¿y qué te hace pensar que me importa lo que tú quieres?
A Félix le duele el odio de Pablo:
--Yo sé que me amaste, que me amas --dice Félix triste.
--Todo lo que pudiera sentir pot ti murió cuando te casaste con el amante de Martín.
--Juan Cruz no es el amante de Martín.
--Claro que lo es. Mariano los acaba de ver besándose. Se están riendo de ti. Ellos seguirán siendo amantes.
Félix no quiere aceptar ante Pablo como son las cosas. Le molesta mucho la actitud de Pablo y con ganas de ofenderlo dice:
--Juan Cruz no es como tú que te regalas a cualquiera.
Pablo mira a Félix con desprecio:
--¡¡espero que Alberto muera pronto para poder librarme de esta maldita familia¡
Félix siente mucha bronca por la frialdad de Pablo en cuanto a su hermano:
--¡¡no tienes que esperar a que mi hermano se muera para verte con tus otros amantes puedes tener todos los amantes que quieras mientras mi hermano no se entere¡
Con rabia y dolor Pablo le dice:
--Nunca hubiera aceptado a Alberto como mi pareja porque sé que no se puede esperar nada bueno de un hermano de Martín. Ahora me doy cuenta que no me equivoqué, los tres hermanos sois una basura¡ ¡¡ahora solo pienso en el día en que no los vuelve a ver a ninguno¡ ¡¡¡te odio¡¡ ¡¡te odio y te odiaré hasta que te mueras¡
Pablo sale llorando. Félix se queda en su cama impactado por el odio y el dolor de Pablo. Llora sangre.

Al día siguiente, Félix despierta en su box. Ya se encuentra mejor e incluso se habla de cambiarlo a intermedios. En eso que llega Alberto.
--hermano ¿¿qué haces aquí?
Alberto, algo débil, pero tranquilo. Se apoya en la cama. Félix se incorpora en la cama.
--Me suben a planta. Mi recuperación es milagrosa. Debe ser el amor --dice Alberto.
Félix fuerza una sonrisa:
--me alegro tanto de tu boda.
-- Si, y yo te la tuya.
Félix mira a su hermano con pena. Se está muriendo y no es el momento para reproches. Igual se muestra algo distante.
--te ocurre algo conmigo, hermano? No sé es que no recuerdo nada de lo que pasó en el accidente y…
Félix lo interrumpe:
--¿no recuerdas nada?
En realidad Alberto lo recuerda todo, que Félix y Pablo se aman, que él mismo provocó el accidente, que se está muriendo y que por eso Pablo se casó con él.
--No, nada.
Eso relaja a Félix, lo que más desea es que Alberto sea feliz lo poco que le quede de vida. Aunque ya no puede ocultarse que Pablo no lo ama es su esposo y está dispuesto a hacer lo que sea para separarlo de Félix.
--Lo único que sé es que Pablo me ama, que soy feliz con él.
Félix tiene que hacer un gran esfuerzo por mostrarse tranquilo cuando en realidad está muy triste.

Mientras Pablo está muy nervioso en su casa.
--¡¡soy un imbécil.¡ ¡¡no debí dejarme convencer para esta locura de matrimonio¡¡
--¿y qué vas a hacer?
--Hacer que Félix me odie como yo lo estoy odiando. Voy a anular mi matrimonio con Alberto. No voy a volver a verlo. Si todos dicen que soy un monstruo, pues que lo digan ¡qué importa lo que diga esa gentuza si son lo peor¡
Pablo está muy dolido, lleno de odio y de amargura.






Días después… Félix es dado de alta. Juan Cruz está con él. Su padre también. Aunque no le hace mucha gracia se deja convencer de instalarse en casa de su padre. Ahí espera encontrar a Alberto y a Pablo viviendo felices. Se sorprende al llegar y enterarse que Pablo no vive con Alberto.
--pero Alberto me dijo que eran felices.
Juan Cruz está al lado de su esposo. Molesto. No le gusta que le hablen de Pablo pero Enrique está muy preocupado por su hijo.
--Alberto está como en otro mundo, no sabemos cómo decirle que Pablo ha iniciado los trámites para anular su matrimonio. No quiere saber de él. Mi hijo no lo va a resistir. Si se tiene que morir almenos que muera feliz.
Enrique llora. A Félix le conmueve el dolor de su padre. Le da mucha rabia la actitud de Pablo. Pone su mano en los hombros de su padre y dice:
--Yo lograré que mi hermano sea feliz. Yo le traeré a Pablo para que ocupe el lugar que le corresponde en esta casa.
Enrique lo mira agradecido. Juan Cruz se molesta:
--¿y qué puedes hacer tú?
--tú sabes que Pablo y yo nos amamos.
Juan Cruz se hace el ofendido.
--¡cómo dices eso delante de mí¡
--tú sabes cómo están las cosas.
Juan Cruz se muere de la rabia.

Pese a que está muy débil y, Juan Cruz pone esa excusa para no dejar que se vaya solo, Félix se va. Juan Cruz se lo reprocha a su suegro:
--¡¡si a Félix le pasa algo será culpa de usted¡
A Enrique lo que más le preocupa ahora es que Alberto muera feliz. Juan Cruz no piensa dejar las cosas así. Entra en el cuarto de Alberto que está tendido en la cama:
--¡¡mientras tú estás aquí adelantando tu muerte Félix está con tu esposo¡ ¡¡no lo debes permitir¡
Juan Cruz logra su objetivo. Alberto huye de la casa lleno de odio. Huye sin ser visto y antes agarra un revolver del despacho de su padre.

Pablo está solo en su casa. Llaman al timbre.
--este Mariano de nuevo se dejó los llaves.
Se queda helado al ver a Félix. Éste lo mira con mucho rencor y le dice:
--¡¡Puta¡
Es una puñalada para Pablo pero se defiende:
--¡¡eres una basura¡ --dice Pablo con rencor.
Y luego con desprecio:
--no se podía esperar nada más de un hermano de Martín.
Los dos se atacan con mucho odio:
--¡¡no es peor que lo que tú le estás haciendo a mi hermano. Lo ilusionaste y ahora lo dejas. Eres…¡
Pablo lo interrumpe:
--¡¡soy lo que tú y tus hermanitos me habéis enseñado ¡ojalá no os hubiera conocido a ninguno de los tres¡ ¡¡sois los hijos del diablo¡¡
--¡¡lo peor que me ha pasado es conocerte a ti¡
A los dos le duele el gran rencor que ve en los ojos del otro. Pablo lo odia pero no puede olvidar el gran amor, el gran deseo que siente por él. Se le tira encima. Parece que lo va a golpear pero lo besa. Lo besa con tanta pasión que hasta lo lastima. Félix no responde a ese beso. Se ha quedado sorprendido. Todo se esperaba menos ese ataque.
--si crees que soy una puta ahora tendrás más motivos --Pablo ansioso.
Pablo le va desabrochando la camisa, ambos tiemblan de deseo.
--que haces?
--demostrándote lo que siento por ti --desesperado.
Pablo lo quiere besar mientras le saca la camisa pero Félix, con mucho desprecio (aunque también lo desea), dice:
--acostarte conmigo cuando te acostaste con los otros no significará nada para mi. Será peor.
Pablo odia a ese hombre y lo desea. Desea que sea suyo. Lo abraza. Lo estrecha contra su torso. Lo mira coqueto:
--entonces recházame.
Félix lo besa y lo va llevando a la cama como si lo estuviera agrediendo. Félix lo penetra muy a lo bestia. Quiere lastimarlo, no quiere que Pablo goce. A Pablo no le gusta que sea tan salvaje pero quiere consumar su relación con él, quiere ver si después se atreve a seguir lanzándolo a brazos de Alberto.












 







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