macizos

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viernes, 27 de abril de 2012

Capítulo 15


En los días siguientes Félix va afincando su relación con Pablo ( lo ayuda en la decoración de su apartamento) y también su amistad con su hermano Alberto. Los dos hermanos se ven a diario. Alberto siempre le habla de su novio. Jamás lo menciona por el nombre, sólo mi novio por aquí y mi novio por allá.
--yo no sé qué hacer para que me perdone. No sé que le hice, no quiere hablarme.
Félix le sonríe. Le pone la mano en el hombro fraternalmente:
--No sé, a lo mejor ya no está enamorado de ti y no sabe cómo decírtelo.
--No, no es eso. Me ama. Ya no sé qué hacer para que me perdone. Sólo me falta quitarme la vida por él.
Félix lo mira regañón. Le agarra de la mano:
--¡¡jamás. Eso no lo digas en broma¡ ¡¡júrame por lo que más quieras que no harás ningún locura¡
Alberto mira lloroso a su amigo:
--lo que más quiero es él y si supiera que con eso él me iba a querer…
Félix trata a su hermano muy fraternalmente:
--¡¡júrame que no. Júrame que no harás nada de eso¡ ¡¡ese no es el camino¡¡
Félix está muy angustiado. Alberto siente que nunca nadie se preocupó de él de esa manera. Se lo promete. Félix se queda más tranquilo aunque le duele verlo sufrir. Alberto está desesperado. A Félix le provoca mucha ternura. Desea verlo feliz. Daría lo que fuera por eso. Son casi de la misma edad y él lo ve frágil y siente deseos de protegerlo.
--si yo pudiera hacer que ese chico te hiciera caso lo haría, no quiero que te lastimen.
Alberto se lleva las manos a la cabeza:
--¿¿tú qué harías??
--Yo me mantendría al margen, esperaría que fuera él el que me busque.
Alberto sabe que si hace eso Pablo estará encantado.
--¡¡no puedo hacer esto. No puedo vivir sin él¡¡
Alberto en esos momentos sufre un fuerte dolor de cabeza. Casi se desmaya. Félix lo sostiene entre sus brazos.
--¿¿qué paso?
--No nada. En un momento estoy bien.
Los dos hermanos estaban caminando. Félix lo sostiene entre sus brazos. Lo ayuda a sentarse. Se queda en pie preocupado.
--¿y te pasa esto mucho?
--Pues sí. Cada vez más.
--¿y qué ha dicho el médico?
--No, no he ido ¿para qué?
Félix lo mira molesto:
--¿¿como qué para qué? ¡¡ahora mismo te llevo a un hospital.¡
Alberto se levanta.
--oye que el hermano mayor soy yo.
--pero no te comportas como tal.
--estoy bien.
--no está de más un chequeo.
--lo haré después.
--está bien. Estaré al pendiente.


Alberto y Félix van hacia el hotel de Félix.
--¿y cuando te mudas?
--en un rato.
--¿y no me piensas dar tu dirección?
--Perdóname pero prefiero que no la tengas para evitar que se la des a tu papito --la última palabra con sarcasmo.
--como quieras pero espero que estemos en contacto.
--si claro tienes mi número de celular. Me llamas cuando quieras o te pasas por mi trabajo. --Félix muy simpático.
Justo en la puerta del hotel los espera Enrique. Mira con orgullo a sus dos hijos. Abraza a Alberto pero cuando va a abrazar a Félix éste se aparta de él.
--bueno, ya me voy.
Enrique agarra del brazo a Félix:
--hijo.
Félix se aparta de Enrique molesto.
--¡¡no me llame hijo. Usted no tiene derecho a llamarme hijo¡¡
Enrique resopla:
--¿¡¡porqué te empeñas en hacer los cosas difíciles??¡
--¿usted llega después de 24 años y pretende con exigencias que todo sea como si no hubiera pasado nada??
Enrique insiste y deja en la mano de su hijo menor unas llaves. Félix lo mira extrañado:
--¿¿qué es esto??
--Para que veas que pese a todo yo te considero mi hijo. Es tu auto nuevo. Mi regalo para ti.
Alberto pasa el brazo por los hombros de su hermano:
--papá tiene sus buenos detalles..
Enrique está seguro que con eso ya se ha ganado el corazón de su díscolo hijo.
Félix se acerca a su padre con las llaves del auto:
--¿¡¡sabe usted dónde se puede meter esto?¡
Él chico es muy agresivo. Enrique se molesto:
--¡¡no seas grosero. No me obligues …¡
Félix lo interrumpe. Se enfrenta a él:
--¡¡eso pégueme. Eso me dará aún más motivos para agradecer a Dios no haberlo conocido antes¡
A Enrique le duelen mucho las palabras de su hijo el más pequeño. Se golpe los puños con rabia mientras que Félix lo mira desafiante. Alberto se mete entre ellos.
--no hagan nada de lo que se puedan arrepentir.
Félix se aleja de su padre y su hermano. Enrique quiere ir tras él pero Alberto no le deja:
--Yo me ocupo de esto.
Enrique deja las llaves del auto en manos de su hijo Alberto, le da un beso y con un:
--confio en ti --se va.
Félix mira a su padre con rencor. Enrique se va triste. Alberto se acerca a su hermano. Le pasa las manos por los hombros:
--papá es duro pero no es mala gente. Le deberías dar una oportunidad.
--hazme un favor. No me hables de ese señor--Félix molesto.
--es nuestro padre.
Félix se lleva las manos a la melena:
--¡¡no, no puede venir después de abandonar a mi madre con exigencias¡
-- él nunca supo que la dejó embarazada.
-- ¡eso no cambia mi historia¡
Alberto le señala las llaves del auto:
--ni que sea quédate el auto. Sin compromiso.
--No puedo.
Alberto le pone cara de bueno.
--ni que sea por mi.
Félix lo mira con cariño:
--por ti lo haría pero no puedo. Es que se supone que no tengo permiso de conducción.
--¿no sabes manejar?
Félix le sonríe:
--claro que sé manejar pero es que así no me separo del chico que me gusta.
Los dos hermanos se miran con complicidad. Alberto acompaña a Félix hasta el interior:
--que suerte tienes, ya me gustaría a mí que mi novio fuera tan servicial como tu chico.
Los dos hermanos caminan abrazados muy fraternalmente:
--tal vez deberías explorar otros horizontes. Tal vez le pueda preguntar a mi príncipe si tiene algún amigo gay y salimos los cuatro.
Alberto se pone muy nervioso:
--¡¡no, yo daría mi vida por mi amado¡ ¡¡si no es él no es otro¡
Félix acaricia a su hermano con pena:
--daría lo que fuera porque tu novio te perdonara.
Félix se da cuenta que su hermano está demasiado obsesionado por un mal amor y desearía poder ayudarlo.


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